1 El Mar de las Médulas y los Portales del Alma
Cartografía de la mente en la Medicina China Tradicional
El mar de las médulas y los portales del alma o entraña curiosa, son denominaciones que la medicina tradicional china le ha dado al cerebro, por las razones que más adelante dilucidaremos a la luz de la tradición y sus textos clásicos.
Tocar uno de los aspectos más fascinantes y profundamente filosóficos de la Medicina China Tradicional (MCT): su manera de concebir el cuerpo humano no como una suma de partes anatómicas, sino como una red de funciones energéticas, relaciones simbólicas y correspondencias con el cosmos. Que el cerebro no sea considerado uno de los Zhang principales ni tenga un meridiano propio no es un descuido ni una carencia, sino una expresión coherente de una cosmovisión diferente a la biomédica.
1. El cerebro y la teoría de los Zhang-Fu: un órgano curioso y especial
En los textos clásicos, el cerebro se llama 「髓海」Suǐ Hǎi, el “Mar de las Médulas”. Esta designación ya nos da una pista poética y funcional: no se ve como un órgano aislado con funciones autónomas, sino como un recipiente que recoge lo más profundo del Jing (la Esencia), destilado a través de la médula ósea, alimentado por el Riñón (肾 Shèn).
El cerebro pertenece entonces a un sistema más profundo y ancestral, ligado a la gestación, al crecimiento, a la memoria, a la esencia vital que se gesta en la quietud.
En la teoría de los Zang-Fu, solo cinco órganos yin (Zang) y seis órganos yang (Fu) son considerados como centros funcionales principales. Estos Zang-Fu se seleccionan no por su tamaño o centralidad anatómica, sino por su función energética relacional y cíclica con el entorno y con los demás órganos.
El cerebro no encaja en este esquema porque no tiene una relación directa con el ciclo diario del Qi, ni con las transformaciones estacionales de la energía como sí lo tienen el Hígado, Corazón, Bazo, Pulmón y Riñón.
2. ¿Por qué no tiene meridiano?
No tiene canal porque no lo necesita para operar como los Zhang tradicionales. El cerebro no trabaja con el Qi en la superficie, sino con Jing (Esencia) y Shen (Espíritu) en su aspecto más interno y sutil. En vez de un meridiano propio, el cerebro está nutrido y conectado indirectamente por:
- Du Mai (Vaso Gobernador): considerado como el “Mar de los Meridianos Yang”, que atraviesa la columna vertebral y entra en el cerebro.
- Ren Mai (Vaso Concepción): que sostiene la energía yin profunda.
- Chong Mai (Vaso Penetrante): que conecta el Jing del Riñón con todo el cuerpo.
Esto nos revela una lógica no lineal sino radial y vertical, como un eje de profundidad que conecta la médula, el cerebro y el espíritu.
3. La visión simbólica: el cerebro como el lago de lo no dicho
El cerebro, en la visión china, no es el emperador (ese lugar lo ocupa el Corazón), ni el estratega (Hígado), ni el gran “alambique· de la transformación (Bazo). El cerebro es el lago profundo donde el tiempo se hace memoria, donde el inconsciente no se nombra, pero se sueña. No tiene meridiano porque su energía no camina, flota. Se manifiesta en el Shen que brilla en los ojos, en la memoria que se despliega como un mapa invisible sobre el rostro.
Es también por eso que los trastornos neurológicos o mentales en MCT no se tratan dirigiéndose al cerebro como tal, sino equilibrando el Shen del Corazón, el Hun del Hígado, el Yi del Bazo, el Zhi del Riñón… porque la mente es el conjunto de estos espíritus en armonía, no un centro rector solitario.
4. Estación, espíritu y médula
Si lo llevamos a la dinámica estacional, el cerebro resuena con el invierno, con el silencio del Jing que se guarda para renacer. La médula, la profundidad del cuerpo, es cultivada cuando la vida se retrae para preservar lo esencial. No tiene meridiano porque está más allá del tiempo y del movimiento, es el depósito donde descansa lo que ha de despertar.
En resumen:
- No tener un canal propio no lo desvaloriza, sino que lo eleva a una función trascendental y no lineal.
- El cerebro es un contenedor del Jing y espejo del Shen, no un ejecutor de funciones energéticas exteriores.
- Su vínculo se da a través de vasos extraordinarios, no meridianos regulares.
- Es el mar, no el río. Es profundidad, no tránsito.
Los puntos que rozan el Mar de la Médula
Un ensayo sobre la acupuntura como vía al espíritu
La acupuntura no pincha órganos, abre portales. Y cuando nos acercamos al cerebro desde esta visión, no buscamos intervenir directamente, sino armonizar las mareas del Shen, las fluctuaciones del Hun, el temblor del Zhi, la neblina del Yi… ese entramado de almas sutiles que hacen de nuestra mente un campo abierto entre el cielo y la tierra.
DU 20 – 百会 (Bǎi Huì) – “Las Cien Reuniones”
Este punto, en la coronilla, es el vértice del ser, donde convergen los meridianos Yang del cuerpo, pero también los impulsos más ascendentes del alma. “Bǎi Huì” no habla solo de cantidad (cien), sino de totalidad, de una convergencia que va más allá de lo físico. Allí se elevan todos los vientos, los pensamientos dispersos, las memorias no integradas.
Este punto no penetra el cerebro, pero comunica con el cielo, y por tanto, con la parte más elevada del espíritu. Cuando el Shen se dispersa, cuando hay confusión, olvido, vértigo existencial o pérdida del eje… DU 20 no centra el cerebro, centra al ser.
Estación resonante: verano, cuando el Yang es pleno y puede perderse por exceso.
DU 16 – 风府 (Fēng Fǔ) – “Palacio del Viento”
En la base del cráneo, justo donde el cielo empieza a hacerse cuerpo. El “Palacio del Viento” es un nombre que conmueve. El viento, en la medicina china, es el portador de los espíritus errantes, de lo súbito, del movimiento interno que irrumpe sin control. El viento interno puede causar convulsiones, rigidez, habla incoherente. DU 16 es entonces una puerta de comunicación con lo invisible.
Pero también es un umbral entre el consciente y el inconsciente. Está en la confluencia del Mar de la Médula, donde se agitan las aguas profundas del Jing. Cuando se estimula este punto, no se busca calmar el cerebro, sino apaciguar el viento que lo agita, abrir la ventana del espíritu para que pueda regresar a casa.
Estación resonante: otoño, cuando el viento se vuelve mensaje del cielo.
DU 24 – 神庭 (Shén Tíng) – “Patio del Espíritu”
Este punto, en el centro de la frente, es un lugar donde el Shen se recoge y se presenta al mundo. Es un patio, un espacio abierto, donde el espíritu puede salir a caminar y también donde se le puede recibir. Se utiliza en trastornos mentales, insomnio, ansiedad… no porque actúe directamente sobre el cerebro, sino porque armoniza la expresión del alma en el rostro, en la mirada, en la voz.
Es un punto para cuando el espíritu no encuentra morada, cuando se ha ido o cuando se ha agitado demasiado. Como el patio de una casa antigua, es un lugar de paso, pero también de contemplación.
Estación resonante: primavera, cuando el alma quiere salir pero no siempre sabe por dónde.
DU 15 – 哑门 (Yǎ Mén) – “Puerta del Silencio”
Nombre profundamente conmovedor. Aquí no se trata de pensar, ni de hablar: se trata de callar. Este punto, ubicado justo debajo del DU 16, es un portal que abre al vacío donde el Shen descansa. Se usa en casos de pérdida del habla, afasia, pero también de estados mentales extremos. Es un recordatorio de que el silencio no es ausencia, sino profundidad.
Esta puerta no se fuerza. Se toca con respeto. Es la antesala del espíritu en su forma más pura, cuando ya no hay conceptos, ni palabras, ni ideas, solo presencia.
Estación resonante: invierno, cuando la semilla duerme en la tierra.
Reflexión final
El cerebro, entonces, no necesita un meridiano porque es una confluencia de muchos ríos, un lago de profundidad ancestral. Los puntos que lo rozan no buscan “estimularlo”, sino invocar al espíritu, calmar el viento, abrir la escucha, cerrar el exceso, contener el olvido.
La acupuntura que toca el Mar de la Médula no busca despertar el intelecto, sino recordar al alma su forma original.
Bibliografía
- Huang Di Nei Jing (El Canon Interno del Emperador Amarillo) Texto fundacional de la MTC. Contiene las bases filosóficas y clínicas sobre los Zang-Fu, el Shen, los meridianos y el rol del cuerpo como reflejo del Cielo y la Tierra.
- Nan Jing (El Clásico de las Dificultades) Complemento del Huang Di Nei Jing. Trata cuestiones complejas sobre los vasos, el pulso y la fisiología más profunda y energética.
- Kaptchuk, T. (2000). The Web That Has No Weaver. Introducción filosófica y accesible a la medicina china. Excelente para comprender la lógica energética del cuerpo, el Shen y la conexión entre mente y órganos.
- Maciocia, G. (2015). The Foundations of Chinese Medicine. Manual clínico y teórico usado mundialmente. Detalla los Zang-Fu, los cinco espíritus, el Jing, y su relación con el cerebro y los trastornos emocionales.
- Cheng, X. (1987). Chinese Acupuncture and Moxibustion. Manual práctico con base teórica sólida. Describe los puntos de acupuntura, su función, indicaciones clínicas y simbolismo tradicional.
- Kaatz, D. (2004). Spirit of the Points. Obra poética que explora los nombres y significados espirituales de los puntos de acupuntura. Perfecta para una mirada simbólica y sanadora.
- Rochat de la Vallée, E. (2006). Shen: Psycho-emotional Aspects of Chinese Medicine.
Desarrolla el rol de los cinco espíritus (Shen, Hun, Po, Yi, Zhi) desde los clásicos. Profundiza en la relación entre emoción, cuerpo y espíritu. - Kohn, L. (2009). Daoist Body Cultivation. Estudio sobre la práctica corporal y espiritual en el Daoísmo. Una excelente fuente para entender el trasfondo filosófico de la MTC.
- Lao Zi. Dao De Jing. Base filosófica del Daoísmo, fuente del pensamiento que nutre la medicina china. Un texto esencial para comprender el vacío, el flujo y el equilibrio.